En el Capítulo I, titulado Idioma Suave, tres obras tempranas de Segal son presentadas por primera vez en la Ciudad de México: Coro (2014) y Formas no administradas de información (2016). Ambas nos presentan una ciudad vacía, en una suerte de suspensión previa a un colapso. Esta antesala a la catástrofe, está convalecencia, este atascamiento temporal, podría entenderse también como un fenómeno psicológico. Segal introduce un uso subversivo de los objetos cotidianos, mientras que la arquitectura aloja una serie de acciones político-poéticas. Múltiples temporalidades conviven en estas obras, como una presencia un tanto fantasmática. Su naturaleza cíclica, sus repeticiones y variaciones inducen un matiz ritualístico en su estructura interna.

La pieza Coro (2014) está compuesta por una suerte de performance para la cámara, que registra la acción realizada en un café internet en Buenos Aires. En ese tipo de establecimiento a punto de desaparecer, Segal sincronizó las computadoras, mayormente en desuso para producir una pequeña pieza musical. Cada computadora interpreta su propia partitura; esta partitura es un archivo de texto formado por vocales separadas por puntos, comas y guiones (por lo que el procesador de texto asignará una entonación diferente a cada uno). Estos establecimientos, los cibercafés, fueron muy populares hacia finales de los 90s y tempranos 00s, pero luego se fueron volviendo menos necesarios, obsoletos. Coro encuentra en estos espacios una, aunque absurda, nueva posibilidad de uso, de liturgia.

Segal describe Formas no administradas de información (2016) como un sit-com deconstruido. La ausencia de sonido y de personajes queda sustituido por dos elementos protésicos: subtítulos y objetos modelados en 3D. Un edificio científico es el contexto para diferentes diálogos, conferencias y pequeñas situaciones. Compuestas a través de un proceso de sustracción estas escenas descubren el armazón interno del lenguaje cinematográfico. La austeridad funciona como un tónico que descubre gramática y convenciones no sólo como mecanismos de accesibilidad (accesible para quién) sino también como productos de un ideario tan ominoso como invisible.

La tercera obra que compone el tríptico del primer capítulo se escucha en la sala contigua, oculta tras las puertas de la sala principal, sus sonidos se asoman reproduciendo una versión específica de Coro (2014-2017-2023) para el espacio de op.cit. Sumergiéndonos así en una interconexión de tiempos que atraviesan motivos, lenguajes y apariciones en el trabajo de Segal.